jueves, 14 de agosto de 2014

Si te paras a pensar en las cosas de la vida te das cuenta de que todo tiene explicación, por muy coherente o absurda que sea. También te fijarás en que te pasas parte de tu tiempo echando de menos a gente que en algún momento paso por tu vida, por muy lejana o cercana que fuera, por poco o mucho tiempo que estuvo presente en ti. Observarás sin ninguna duda, de que cuando algo bueno se acaba, sea desde un intenso día, una buena semana, o incluso algún buen mes, lo echas de menos y piensas en que invertirás ahora todo ese tiempo. También habrás podido comprobar que tus primeras veces, sean de lo que sean, jamás vuelven a ser iguales. Todo tiene un principio, un transcurso y finalmente un desenlace. Pero tranquilos, para todo esto existen las casualidades. Están tan presentes en nuestras vidas que sin ellas muchos de los momentos que pasamos no serían ni la mitad de buenos de lo que lo son. Posiblemente aquel amigo con el que tanto congeniaste y que tiempo mas tarde te dejo tirado no hubiese sido posible a una simple casualidad sea del tipo que sea. Pensándolo bien seguro, que aquellas fiestas de tu pueblo no hubiesen sido lo mismo sin una buena compañía a la que conociste por casualidad en una de esas fiestas tan emocionantes para ti.
¿Has tenido alguna vez la ocasión de sentir algo y no poderlo expresarlo de la forma que imaginabas rondando por tu cabeza?
¿Has imaginado tener algunas cosas muy claras y a la hora de la verdad nublarse todo?
¿Has notado como la nostalgia invadia cada uno de tus pensamientos?
¿Te has sentido taaaan cansado que has decidido quedarte dormido sin importarte ni tus planes ni nada?
...todo esto es lo que llamo yo vida, pude que para algunos sea una tontería, pero cada uno esta echo a su perfecta medida y necesita cosas diferentes en determinados momentos.