sábado, 24 de enero de 2015

Añorar lo pasado, desear lo futuro. A veces me pregunto que sería de mi si en algún momento determinado de mi vida hubiese elegido otro camino que no me hubiera traído hasta aquí.
Hay momentos, y momentos que te cambian la vida. Los momentos que te la cambian, son decisivos, algunas veces te irán bien, otras no tan bien, pero lo importante es que en ellos pesará gran parte de tu destino.

Todo cambia sin apenas darnos cuenta del verdadero significado de las cosas. Llega un momento en que todo ese cúmulo de sentimientos, emociones, sensaciones, palpitaciones, o incluso alucinaciones, estalla. Estalla tan rápido, que cuando queremos darnos cuenta es tarde para volver a ese estado tan anterior pero a la vez cercano a nosotros.
Cuando estamos sumergidos en algo, no concebimos la realidad de otra forma que no sea esa, pero cuando esa realidad cambia, también nosotros cambiamos nuestra forma de percibir la realidad, llegamos a cambiar tanto y en tan poco tiempo, que a veces dudo hasta de la propia realidad.